the end

Al final lo que importa, es lo que no has dicho...
al final lo que cuenta es todo lo que has cambiado, al final , a final , al final, has movido tanto las piezas que ni siquiera sabes la función de finalidad que tiene cada una.
Al final no queda nada, ni los que estuvieron, ni los que estarán, ni nada, al final me quedo aquí, viendo como pasa el siguiente tren y nadie quiere quedarse aquí conmigo, resignándome por lo tanto, a ver pasar el próximo ciclo.
Lo que tengo muy claro, es que nadie conoce el principio tan bien como yo, y que si queréis oír el cuento, sentaos , miradme a los ojos y juzgad vosotros mismos.

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Dieciséis de septiembre del año dos mil once, después de Cristo.
Veintitres minutos exactos pasan de las once.
Hoy, no quiero decir que me siento cansada  agotada.
Aunque como no tengo ni pajolera idea de lo que digo, supongo que ya lo habré escrito.
Bueno, día provechoso, supongo que dejar correr mi suerte en un rio sin cauce es la educación que debo de tener.

ya nadie se cree nada.

Y que si ya nadie lo cree es porque la obviedad a recaído, la verdad ha venido para quedarse y ya nadie sabe verla porque nadie confía en nadie, porque las mentiras se han llevado todos los pequeños restos de confianza.
¿Y si perdonar es lo correcto, que hacemos aquí intentando recuperar lo perdido?
¿Por qué no vuelve todo a la normalidad?
¿Por un poco de rencor?
No puedo borrar los errores que cometí en el pasado, pero si puedo aprender de ellos, ¿por qué ya nadie cree nada?