Búscame en el inmenso mar,
rompiéndome en espuma entre las olas,
bordando de puntillas el perfil oscuro de las rocas.
Búscame al anochecer,
en el cerco ocre que rodea la luna
disfrazada de sombra ante tu casa.
Búscame en los cuentos de hadas,
calzando un zapatito de cristal
y esperando paciente a que el reloj marque las doce.
Búscame sin prisa en los paisajes de otoño,
en los senderos salpicados de barro,
en las colinas donde explota la vida en primavera.
Búscame allí donde tu quieras,
porque allí estaré,
rompiéndome en espuma entre las olas,
bordando de puntillas el perfil oscuro de las rocas.
Búscame al anochecer,
en el cerco ocre que rodea la luna
disfrazada de sombra ante tu casa.
Búscame en los cuentos de hadas,
calzando un zapatito de cristal
y esperando paciente a que el reloj marque las doce.
Búscame sin prisa en los paisajes de otoño,
en los senderos salpicados de barro,
en las colinas donde explota la vida en primavera.
Búscame allí donde tu quieras,
porque allí estaré,
sentada al borde del camino,
con la esperanza puesta en que repares en mí
y te des cuenta de que siempre te he estado esperando.
con la esperanza puesta en que repares en mí
y te des cuenta de que siempre te he estado esperando.