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lunes, 25 de octubre de 2010

Y odio, que no sepas comprender las pequeñas alegrías de la vida , esos pequeños detalles que hacen sonreir...
El sonido de un insecto en medianoche, el tacto húmedo de la hierba bañada de rocío...el delicado perfume de una flor sencilla, la cálida sensación de un beso.