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domingo, 6 de marzo de 2011

Y entonces la nube que tapaba el sol desapareció y lleno la escena de luz y te vi, a lo lejos, cerrando un poco el ojo izquierdo por la luz.
Te acercas, con tus andares de chulo.
Y en ese momento, deseo que te tropieces con una piedra, y que rebajes tu dignidad hasta mis pies, pero como de costumbre, no lo haces.
Te sonrío, me sonríes, ya sabes de que va el juego, no eres inexperto.