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domingo, 17 de junio de 2012

Empezar con escribir cosas que están ya escritas, y tinta sobre tinta, mezclan emociones que aún así no creen en el sentido repetido, que quieren irse y no sentir, pero no consiguen nada.
Escribir las mismas mañanas y las mismas noches vacías que me hagan sentirme capaz de expresar eso que llaman sonrisa.
Y es que la verdadera imagen, apoteósica que ve mi corazón cuando cierra los ojos a tu lado...y es que la deliciosa sensación de querer recoger el último sentimiento de una vida que ahora está en el momento adecuado, en el lugar adecuado...aún con el recuerdo indeleble sobre lo que no debería haber sido pero que fue por incansable y repetido error.
Podríamos repetir angustias desmedidas que sentimos en incontables días, pero he de reconocer que ahora desde aquí, la lluvia los torna aguantables, y los dolores ahora no son tanto cuando se trata del corazón, que la verdad está escribiendo y la mentira habla de confianza.