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sábado, 23 de junio de 2012


Por los perdones irrefutables y las noches interminables.
Por los nadies, los sin nada, por los todos y los ricos.
Por los valores olvidados y los pecados capitales,
 por los mandamientos y el festejo del cuerpo. 
Por el respeto mutuo y la igualdad en las masas.
Por los errores de la humanidad, por los genocidios desde mentes enfermizas y por todo lo que hicimos mal.
Por lo que avanzamos y retrocedimos, de ciencia y de espíritu.
Por la fe incomprendida y por todo lo que pueda erradicarse.
Por un hoy que aprenda del ayer.