Me angustia el cruce de miradas, la doble dirección de las palabras y el obsceno linear de los semáforos.
Me arruina las prisas y las faltas de estilo, el paso obligatorio, las tardes de domingo y hasta la linea recta.
Me enervan los que no tienen dudas y aquellos que se aferran a sus ideales sobre los de cualquiera.
Me cansa tanto tráfico y tanto sin sentido.
Parada frente al mar mientras el mundo gira.