Hola.
Hace tiempo que no hablamos, lo sé.
Pero tambien hace tiempo que por mucho que te suplique no me concedes nada.
Lo sabes, llevo semanas en esta situación, intentando ser y tu no me ayudas.
Y me ves llorando maldiciendo a mi genética, pero no haces nada, ni siquiera me has prestado un pañuelo para secarme las lágrimas.
Llevo semanas intentado creerme especial, pidiendote con mi pulsera en la mano, sí, la de colores fuertes que siempre llevaba.
¿Dónde estás ahora que necesito tu consuelo y esa respuesta?
Llevo semanas intentando evitar lo inevitable, pero ya toca.
No me sienta bien el invierno, y confío en el verano y en lo que pueda traer.
No quiero llenarte de reproches por eso te pregunto, ¿Cómo estas tu?
Estoy cansada de verdad tengo el pelo mojado y las manos llenas de grietas, por favor, ya es suficiente.
Sabes que confio en ti, pero¿ tan larga será la espera, no crees ni por un segundo que pueda agotarme?
Tengo fe ciega en ti pero te aseguro que me cansaré como no aparezcas, no es una amenaza es una ultima suplica.
¿Tanto he pecado?
¿Tantas veces te has sentido defraudado por mi culpa?
